La noche se tornó alarmante en el norte de la ciudad de Chihuahua cuando una joven de apenas 23 años llegó por su propio pie a un establecimiento en busca de ayuda, asegurando haber sido víctima de una agresión sexual. Su estado de shock encendió las alertas del personal, que de inmediato comprendió la gravedad de lo ocurrido y solicitó apoyo de las autoridades.
El lugar se convirtió en un punto de movilización cuando se activaron los protocolos de emergencia y arribaron elementos de la Policía Municipal para resguardar a la joven y recabar los primeros datos. La situación generó expectación entre clientes y vecinos, mientras se reforzaba la presencia policial para garantizar la seguridad de la víctima.

Minutos después, agentes especializados de la Fiscalía acudieron para hacerse cargo del caso y brindar atención integral, médica y psicológica. El hecho vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de atender la violencia contra las mujeres y la importancia de denunciar, en una ciudad donde estos casos continúan sacudiendo a la sociedad.
