La madrugada se convirtió en un caos cuando un conductor desbocado transformó las calles en pista de fuga. A toda velocidad, primero impactó una camioneta y, lejos de detenerse, decidió huir, provocando una peligrosa persecución que terminó de la peor manera: con su automóvil reducido a chatarra tras estrellarse violentamente contra un muro de concreto.

El estruendo alertó a vecinos del fraccionamiento Privadas Valencia, donde el vehículo terminó destrozado luego de arrancar un tótem de plástico y quedar incrustado contra una estructura de contención. La escena parecía sacada de una película de acción: restos del automóvil esparcidos, sirenas encendidas y el conductor acorralado por su propia imprudencia.

Al final, la huida solo agravó su situación. El responsable fue detenido por agentes viales y trasladado para enfrentar las consecuencias legales por los daños ocasionados. Lo que comenzó como una imprudencia al volante terminó en un desastre total que pudo haber costado vidas, dejando claro que escapar nunca es la salida.
