La madrugada se vio sacudida por un robo descarado en un jardín de niños de la colonia Obrera, donde un sujeto decidió hacer de las suyas sin imaginar que la alarma del plantel lo traicionaría. Mientras el silencio reinaba en la zona, el presunto ladrón cargaba con su botín, convencido de haber salido limpio tras irrumpir en un espacio destinado a la educación de menores.
La escena cambió en cuestión de minutos cuando agentes municipales desplegaron un recorrido relámpago por las calles cercanas. A unas cuadras del kínder, el individuo fue localizado caminando con tuberías de cobre y cámaras de videovigilancia, objetos que levantaron sospechas de inmediato. El intento de fuga terminó ahí, cuando fue interceptado y subido a la patrulla ante la mirada de vecinos sorprendidos.

Tras revisar el interior del plantel, se confirmó que los daños y el robo coincidían con lo asegurado al detenido. El hombre, de 26 años de edad, fue entregado a la Fiscalía para enfrentar las consecuencias legales, mientras el caso reavivó la indignación por los constantes robos a escuelas y la vulnerabilidad de espacios educativos frente a la delincuencia nocturna.
