La noche se tiñó de terror en la colonia División del Norte cuando una lluvia de balas sorprendió a los ocupantes de un automóvil blanco, desatando el pánico entre vecinos y transeúntes. Sin previo aviso, sujetos armados descargaron sus armas y transformaron una escena cotidiana de convivencia en un episodio de violencia extrema, dejando el vehículo perforado y la calle convertida en un caos.
El saldo fue devastador: un hombre perdió la vida en el lugar y cuatro personas más quedaron heridas, algunas de gravedad, entre gritos, sirenas y desesperación. Paramédicos irrumpieron en la escena para sacar a las víctimas entre charcos de sangre, mientras patrullas rodeaban la zona ante el temor de que los agresores regresaran para rematar el ataque.

Testigos aseguran que las víctimas convivían tranquilamente cuando fueron blanco del atentado, lo que incrementó la indignación y el miedo en la colonia. Los agresores escaparon sin dejar rastro, pero sí una escena marcada por casquillos, vidrios rotos y una familia destrozada. Una vez más, la violencia irrumpió sin aviso y dejó claro que nadie está a salvo cuando las balas deciden hablar.
