El huracán Melissa se ha desatado con furia en el Caribe, elevándose a categoría 2 y sembrando el caos en Jamaica, Haití y República Dominicana. La tormenta, que avanzaba lentamente hacia el oeste, amenaza con inundaciones repentinas, deslizamientos mortales y destrucción masiva, mientras deja a millones de personas en alerta máxima y sin servicios básicos.
La devastación ya se siente: al menos tres muertos en Haití y más de 1.2 millones de personas sin agua potable en la República Dominicana. La tormenta no da tregua y se espera que descargue hasta 89 centímetros de lluvia en algunas zonas, provocando ríos desbordados, carreteras cortadas y el desplazamiento de cientos de familias. Los meteorólogos advierten que la situación podría empeorar durante los próximos días, con Melissa acercándose al este de Cuba y otras islas del Caribe.
Con vientos sostenidos de 160 km/h, marejadas ciclónicas y lluvias torrenciales, los expertos señalan que Melissa podría convertirse en un huracán mayor en cualquier momento, aumentando el riesgo para la población y la infraestructura. La temporada 2025 del Atlántico ya suma 13 tormentas y huracanes, pero Melissa se perfila como uno de los más peligrosos por su velocidad de intensificación y la magnitud de su impacto potencial.
