Una tarde de domingo en el tranquilo ejido San Jacinto, en el municipio de Lerdo, Durango, se vio abruptamente interrumpida por una escena de violencia desmedida. Una disputa pasional que venía gestándose escaló dramáticamente hasta convertirse en un asalto brutal con consecuencias graves.
Dileri, una joven de 27 años, se encuentra actualmente hospitalizada tras ser víctima de un ataque sorpresivo y coordinado, orquestado por una rival sentimental y tres cómplices.
El detonante y móvil del violento acto fue, presuntamente, el reclamo airado por una supuesta relación extramarital que Dileri mantendría con el esposo de la principal agresora, una mujer identificada como Yomara.
El incidente, que sembró una profunda alarma entre los residentes habituales del ejido, tuvo lugar el pasado domingo alrededor de las 16:45 horas. Según la declaración rendida por la afectada, Yomara se presentó de manera imprevista en las inmediaciones de su vivienda acompañada por un trío de mujeres, con una actitud desafiante y abiertamente hostil.
Lo que comenzó como un enfrentamiento verbal por las alegaciones de infidelidad y celos rápidamente se tornó en un violento altercado físico en plena vía pública.
La embestida contra Dileri fue rápida y salvaje. La agresora principal inició la agresión asestando un golpe contundente en la cabeza de la víctima, utilizando una botella de cerveza.
Este primer impacto marcó el inicio de la paliza. Sin darle tiempo a recuperarse, las otras tres mujeres se unieron al castigo colectivo, propinando a Dileri una andanada de puñetazos, tirones de cabello y patadas que la dejaron indefensa y aturdida en el exterior de su propio hogar.
Sin embargo, la violencia alcanzó su punto más crítico y peligroso cuando Yomara extrajo un arma blanca de entre sus ropas, presumiblemente una navaja o un cuchillo. Con esta arma, le infligió múltiples y profundas heridas punzocortantes.
Dileri sufrió lesiones graves en ambos costados del torso —tanto el derecho como el izquierdo—, además de cortes que se catalogaron como heridas defensivas en las muñecas, mientras intentaba proteger desesperadamente su rostro y órganos vitales de la furia de sus atacantes.
Tras la salvaje arremetida, las cuatro féminas huyeron rápidamente del lugar con rumbo desconocido, dejando a la joven gravemente herida en el sitio. Vecinos y familiares que escucharon el escándalo brindaron auxilio inmediato a Dileri, logrando estabilizarla mínimamente.
Socorristas de la Cruz Roja se movilizaron con premura para prestar los primeros auxilios y posteriormente fue trasladada de urgencia a la Clínica 46 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la ciudad de Gómez Palacio para recibir atención médica especializada, dada la naturaleza de las puñaladas.
Dileri, por su parte, ha negado categóricamente ante las autoridades y el personal médico mantener cualquier vínculo amoroso o de otra índole con el hombre que desató la controversia.
El caso ya se encuentra bajo la jurisdicción de las autoridades competentes. Agentes del Ministerio Público, en estrecha colaboración con elementos de la Policía Investigadora de Delitos (PID), han iniciado las indagatorias pertinentes para esclarecer los hechos.
