La justicia estadounidense logró finalmente atrapar a padre e hijo líderes de “Los Salazar”, una poderosa facción vinculada al Cártel de Sinaloa, que operaba con mano de hierro en varias regiones del norte de México. Adán Salazar Zamorano, alias “Don Adán”, de 81 años, y su hijo Jesús Alfredo Salazar Ramírez, conocido como “El Muñeco”, de 51 años, fueron sentenciados en un tribunal federal de El Paso, Texas, tras declararse culpables de conspiración para distribuir cocaína a gran escala. Ambos habían sido extraditados desde México, donde ya habían estado recluidos por delitos graves relacionados con narcotráfico.
“Don Adán” recibió una condena de 15 años de prisión, acompañada de 50 mil dólares de multa y cinco años de supervisión posterior a su liberación, mientras que “El Muñeco” enfrentará 17 años y medio de prisión, con 100 mil dólares de multa y el mismo periodo de supervisión. Las autoridades estadounidenses subrayaron que ambos eran los líderes de una estructura criminal familiar vinculada al Cártel de Sinaloa, responsable de coordinar la producción y transporte de drogas en Chihuahua y Sonora. La organización también tiene historial de violencia y extorsión en la región.
Durante años, “Don Adán” fue uno de los fugitivos más buscados por la DEA, y su hijo fungía como uno de sus principales operadores, manejando rutas de tráfico y logística de la droga. La extradición y sentencia representan un golpe contundente contra el Cártel de Sinaloa en la zona, y las autoridades aseguran que siguen trabajando para desarticular otras células asociadas con este grupo criminal. Aunque gran parte de los documentos judiciales siguen sellados, la sentencia marca un precedente sobre la persecución de líderes criminales que operan en ambos lados de la frontera.
