Esta mañana, un operativo sorpresa dejó a los agentes temblando: fueron citados al gimnasio “Manuel Bernardo Aguirre” para someterse a pruebas antidoping sin previo aviso. Los primeros en presentarse fueron los agentes del turno nocturno, quienes se sorprendieron al enterarse que tendrían que dejar sus armas y pasar bajo la lupa de los médicos encargados de la evaluación.
Según fuentes extraoficiales, la prueba generó tensión entre los uniformados, algunos cuestionando la estricta vigilancia y el método de aplicación. El operativo se realizó de manera escalonada para no dejar desprotegida la ciudad, pero varios policías se vieron obligados a esperar su turno durante horas bajo la estricta supervisión del inspector Alejandro Ortega Gómez. La incertidumbre sobre los resultados mantiene a los elementos en estado de alerta y nerviosismo.
A pesar de la expectación, los medios de comunicación no pudieron ingresar al gimnasio, y la Secretaría de Seguridad Pública solo confirmó que se trata de un procedimiento rutinario. Sin embargo, los rumores en redes y entre los vecinos aseguran que varios agentes podrían enfrentar sanciones, y que este tipo de operativos podría repetirse, aumentando la presión sobre los oficiales y generando un clima de tensión dentro de la corporación.
