Después de años de desesperación y presas vacías, las lluvias finalmente llegaron para salvar el campo chihuahuense. ¡Sí, por fin una buena noticia para los productores! Según confirmó el secretario de Desarrollo Rural, Mauro Parada Muñoz, el próximo ciclo agrícola está prácticamente asegurado en casi todo el estado. Sin embargo, la presa La Boquilla sigue siendo la “oveja negra” del sistema hidráulico: apenas alcanzó un 38% de su capacidad y tendrá que operar bajo fuertes restricciones.
Mientras el resto de los distritos celebran la recuperación de sus niveles de agua, los agricultores de la región centro-sur aún miran al cielo con preocupación. El bajo almacenamiento de La Boquilla amenaza con reducir la siembra y encarecer los costos de producción, lo que podría golpear los bolsillos de miles de familias rurales. “Afortunadamente el resto del estado tendrá un año estable”, declaró Parada, aunque advirtió que el panorama sigue siendo incierto si el clima no coopera.

Para colmo, México y Estados Unidos están a punto de renegociar sus aportaciones de agua bajo un nuevo acuerdo binacional, lo que podría volver a tensar la relación agrícola entre ambos países. Aun así, las lluvias recientes dan un respiro al campo chihuahuense, que renace tras años de sequía.
