El sur del estado vivió una tarde digna de película de acción cuando múltiples reportes alertaron sobre la presencia de grupos fuertemente armados recorriendo las carreteras como si fueran sus propias autopistas privadas. Testigos denunciaron que las camionetas avanzaban sin discreción alguna, generando pánico entre los automovilistas, quienes apenas lograron orillarse para evitar quedar atrapados en medio de la tensión.

Mientras tanto, en la carretera Parral–Jiménez, un convoy completo irrumpió sin advertencia, aumentando la sensación de caos que ya se respiraba desde la noche anterior, cuando habitantes de Santa Bárbara aseguraron haber escuchado intensas ráfagas de disparos que hicieron temblar ventanas y nervios. La incertidumbre se apoderó de la zona, obligando a los pobladores a resguardarse y a mantenerse comunicados por mensajes ante el temor de que la situación escalara.
Como si no fuera suficiente, la vía corta Parral–Chihuahua se sumó al ambiente de descontrol al registrarse el robo de un vehículo a manos de sujetos armados, cerrando así un ciclo de violencia que dejó más preguntas que respuestas. Pese al operativo posterior, la población permanece alarmada y exige presencia permanente de las autoridades antes de que el miedo se convierta en rutina.
