Una tormenta de caos amenaza al país: organizaciones de transportistas y campesinos anunciaron que el próximo lunes 24 de noviembre paralizarán México por completo, con el cierre de carreteras, aduanas y zonas industriales. El llamado fue contundente: “Que nadie salga, que nadie viaje”, advirtieron, dejando claro que la jornada será un día de bloqueo total. La advertencia generó alarma entre ciudadanos y empresarios, quienes temen un colapso en el tránsito y en el suministro de mercancías.

Los líderes del movimiento estallaron contra las autoridades federales, acusándolas de ignorar sus reclamos por años. Entre denuncias de extorsiones, inseguridad y trámites atorados desde hace más de una década, aseguraron que el gobierno ha dejado a su suerte a quienes mueven la economía del país. También rechazaron rotundamente los rumores de financiamiento externo: “Aquí nadie nos paga, aquí cada quien se juega lo propio”, aseguraron, alimentando aún más el ambiente de tensión.
La alianza campesino-transportista aseguró que el paro es “totalmente genuino”, aunque su impacto podría sentirse como un terremoto social. Prometieron cerrar carreteras, detener la industria y bloquear las fronteras, dejando claro que no habrá paso para nadie. Advirtieron a la ciudadanía prepararse para un día sin movilidad, sin transporte y con posibles afectaciones en el abasto. “Si no arreglan esto, nos quedamos ahí”, amenazaron, presentándose como la “vértebra económica” de un país que, el lunes, podría quedar inmovilizado.
