El tradicional desfile del 20 de noviembre en Ciudad Juárez terminó convertido en una escena de caos cuando una violenta granizada cayó sin previo aviso sobre miles de asistentes. En cuestión de segundos, el cielo se ennegreció y enormes trozos de hielo comenzaron a golpear a participantes y espectadores, obligándolos a correr desesperadamente en busca de refugio para evitar ser lastimados.
La inesperada tormenta dejó casi paralizado el evento: sombrillas volteadas, familias refugiándose bajo puestos y marcos de puertas, y contingentes completos deteniendo su marcha mientras trataban de resistir el embate del clima. Aunque por momentos se valoró suspender por completo el recorrido, los grupos participantes permanecieron bajo la lluvia de hielo, esperando a que la naturaleza les diera tregua.
Cuando el granizo finalmente cedió, el desfile retomó su curso, pero la multitud ya estaba dispersa. Cientos de personas, empapadas y asustadas, abandonaron el lugar antes del cierre oficial, dejando un ambiente deslucido y marcado por la incertidumbre. Afortunadamente, no se reportaron lesiones graves, aunque el susto fue generalizado.
