La temporada decembrina llegó acompañada de una ola de terror telefónico que ya comienza a hacer estragos entre la población. Con el pago de aguinaldos en puerta, los extorsionadores han salido “de cacería”, aprovechando cualquier descuido para atrapar a sus víctimas con llamadas que parecen inocentes, pero que terminan convirtiéndose en verdaderas pesadillas financieras. Autoridades advierten que los criminales están más activos que nunca y que esta época es su “temporada alta”.
Los delincuentes manejan un guion perfectamente armado: primero llaman fingiendo promociones bancarias o encuestas, para después atacar desde otro número haciéndose pasar por un familiar desesperado, un supuesto mensajero aduanal o incluso amenazando que la víctima está vigilada. Las historias son tan elaboradas que más de uno cae en la trampa, entregando dinero sin saber que detrás solo hay grupos que manipulan, intimidan y juegan con el miedo ajeno.
Las autoridades piden a la ciudadanía colgar de inmediato ante cualquier llamada sospechosa, pues una sola palabra puede ser suficiente para quedar atrapado en el engaño. Además, advirtieron que recuperar el dinero es casi imposible, por lo que la prevención es la única defensa real ante este creciente fenómeno. El mensaje es claro: en esta temporada, no solo circula más dinero… también más delincuentes al acecho.
