El país amaneció este lunes al borde del caos carretero, luego de que miles de transportistas y productores agrícolas activaran un paro nacional que promete paralizar gran parte de México. Desde primeras horas del día, casetas, libramientos y carreteras estratégicas comenzaron a ser ocupados, en un operativo coordinado que amenaza con detener por completo el flujo de mercancías y dejar varados a cientos de viajeros. Las organizaciones advirtieron que las protestas podrían extenderse indefinidamente si el Gobierno Federal continúa ignorando la crisis que —según denuncian— está llevando al campo mexicano al colapso.

A las 08:00 horas, los bloqueos se activaron en más de 25 estados, tomando por sorpresa a automovilistas y operadores de carga que quedaron atrapados en filas kilométricas. Entre los puntos más afectados destacan casetas de Sinaloa, Chihuahua y Zacatecas, además de la carretera Panamericana, donde se reportaron cierres totales. Aunque los convocantes aseguran que permitirán el paso a autos particulares, admitieron que autobuses y unidades pesadas podrían quedar detenidos durante horas. La tensión aumentó cuando algunos grupos insinuaron la posibilidad de tomar aduanas para ejercer “presión máxima” sobre la Federación.

Los líderes del movimiento acusan al Gobierno de abandonar al campo y permitir que los precios agrícolas se desplomen mientras crece la inseguridad en carreteras. “La agricultura se está muriendo”, declararon, asegurando que llevan meses sin respuestas. Hasta ahora, ninguna autoridad federal ha confirmado la instalación de mesas de diálogo para frenar la protesta, lo que mantiene en vilo a miles de familias que dependen del tránsito carretero para trabajar, viajar o abastecerse. El país espera una respuesta oficial mientras el colapso vial se extiende minuto a minuto.

