El caos estalló esta tarde en la glorieta del Kilómetro 20, donde transportistas enfurecidos paralizaron por completo los accesos y lanzaron una advertencia contundente: “No nos vamos hasta que nos atiendan, sea hoy, mañana o cuando quieran”. La amenaza dejó en claro que el bloqueo podría prolongarse indefinidamente, convirtiendo la zona en un punto de tensión creciente.

Mientras los tráileres permanecen inmóviles en los cuatro sentidos de la vialidad, el tránsito sólo fluye a cuentagotas para autos particulares y transporte de pasajeros, generando desesperación entre quienes intentan cruzar la zona. La imagen de decenas de camiones detenidos, choferes caminando entre ellos y peatones desconcertados ha transformado el área en un improvisado campamento de protesta.
Entre los vehículos varados, los conductores se desplazan con bolsas de comida, refrescos y abarrotes, preparándose para una larga noche de incertidumbre. A la escena se suman vendedores ambulantes que aprovechan el desorden, mientras la exigencia de los manifestantes aumenta la presión sobre las autoridades, quienes hasta ahora no han logrado frenar la creciente inconformidad.
