El estado de Chihuahua amaneció nuevamente paralizado mientras dos de sus carreteras más transitadas siguen convertidas en auténticos muros humanos por las protestas de agricultores y productores. La circulación, especialmente en la vía Chihuahua–Delicias, permanece totalmente bloqueada, generando desesperación entre automovilistas y transportistas que ven cómo el caos avanza sin que las autoridades federales logren poner orden. En Gómez Palacio–Jiménez, el paso es casi simbólico, permitiendo únicamente la circulación de emergencias, como si el resto del país pudiera esperar.
En medio del conflicto, Eraclio “Yako” Rodríguez Gómez, uno de los voceros más visibles del movimiento, estalló públicamente al acusar al Gobierno Federal de cerrar las puertas al diálogo. Según relató, la comitiva de agricultores llegó con documentos, argumentos y un pliego petitorio, pero asegura que fueron recibidos con condiciones que consideraron una falta de respeto. La reunión, que incluía a funcionarios de varias secretarías, terminó convirtiéndose en un desencuentro diplomático que dejó más preguntas que soluciones.
La tensión escaló cuando los manifestantes fueron presionados para desalojar los bloqueos antes de continuar las conversaciones, petición que fue rechazada de inmediato. Sin compromisos claros ni demostraciones de voluntad política, los productores se levantaron de la mesa y anunciaron que no moverán ni un solo tractor hasta que se les hable con seriedad. Para Yako, lo ocurrido no solo es un fracaso del diálogo: es una muestra más de que el conflicto podría endurecerse si no llega una respuesta distinta “desde arriba”.
