La madrugada estalló en terror en el suroriente de la ciudad cuando dos hombres fueron acribillados sin piedad dentro de un vehículo estacionado frente a una vivienda, convirtiendo una calle tranquila en una escena de horror. Eran casi la una de la mañana cuando vecinos, despertados por los estruendos de las balas, llamaron desesperados al 911 al escuchar que algo terrible estaba ocurriendo en la colonia Fundidora.

Al llegar, policías, soldados y elementos de la Guardia Nacional encontraron el Honda Civic blanco sin placas convertido en una trampa mortal. Las víctimas, que apenas tenían tiempo de reaccionar, fueron sorprendidas por un sicario que se acercó y disparó a quemarropa, dejando nueve casquillos regados en el pavimento como testigos mudos de la brutal ejecución. El auto quedó iluminado únicamente por las luces de emergencia que revelaban la violencia con la que actuó el agresor.

Con este ataque, la cifra de homicidios en noviembre se dispara a 43 víctimas, un número que evidencia que la ciudad vive días cada vez más oscuros. Mientras las autoridades investigan, el vecindario permanece en shock y con el temor de que la violencia vuelva a irrumpir sin previo aviso.
