En la temida pendiente conocida por los vecinos como “la bajada del diablo”, un camión cargado de refrescos Jarritos se convirtió en protagonista de un nuevo episodio de caos en Álvaro Obregón. El vehículo, incapaz de mantener el control sobre el pavimento mojado, descendió de forma desbocada hasta estrellarse brutalmente contra una vivienda, provocando pánico entre los habitantes que ya consideran el lugar como una trampa mortal permanente.
Los testigos, alarmados pero no sorprendidos, aseguran que la zona se ha vuelto un peligro cotidiano: autos, motos e incluso patrullas han terminado patinando y colisionando en esta misma pendiente de Paso Florentino, donde las lluvias transforman la calle en un auténtico tobogán del desastre. A pesar de múltiples avisos a las autoridades, los vecinos denuncian que nadie atiende sus reclamos y que los accidentes se repiten con la misma facilidad con la que los vehículos pierden adherencia.
Tras el impacto del camión, elementos de seguridad llegaron para acordonar la zona, atender a los lesionados y controlar el derrame de aceite que agravaba el riesgo. Mientras tanto, en redes sociales se multiplicaron los videos que documentan la peligrosidad del lugar, convirtiendo al barrio en una galería involuntaria de accidentes que, según los propios residentes, seguirá creciendo si no se actúa de inmediato.
