La incertidumbre volvió a apoderarse de Aquiles Serdán luego de que la Fiscalía de Derechos Humanos confirmara que las búsquedas en la temida mina “Santo Domingo” continúan sin tregua, en un intento desesperado por descifrar si aún quedan más cuerpos ocultos en sus profundidades. Aunque los operativos recientes no arrojaron nuevos hallazgos, el eco de los diez cadáveres encontrados a inicios de noviembre sigue estremeciendo a la comunidad, que observa con miedo cómo este sitio vuelve a colocarse en el centro de macabros descubrimientos.

El lugar, conocido por los habitantes como un «pozo sin fondo» de tragedias, ya había revelado horrores desde 2019, cuando las autoridades lograron rescatar varios cuerpos a más de 200 metros de profundidad, incluido el de la joven Ivania Perea Prieto. Hoy, con un tiro de 800 metros dividido en 16 niveles que parecen no terminar jamás, la duda crece entre pobladores y rescatistas: ¿cuántas historias más se esconden en este laberinto subterráneo? La reciente denuncia sobre una camioneta calcinada reactivó el temor de que aún existan víctimas por localizar.

Entre tierra suelta, túneles estrechos y una oscuridad que parece tragarse todo, equipos de la AEI, Protección Civil y el Ejército continúan descendiendo nivel por nivel, mientras la población exige respuestas y teme un nuevo hallazgo que vuelva a cimbrar al estado. Las autoridades admiten que la clausura del tiro es una posibilidad, pero sólo después de agotar cada rincón, en una búsqueda que ya parece interminable y que mantiene en vilo a toda la región.
