El cruce internacional y la aduana de Santa Teresa amanecieron prácticamente paralizados este martes, luego de que un grupo de campesinos estallara nuevamente contra el Gobierno y retomara los bloqueos al asegurar que las autoridades “incumplieron por completo” lo pactado. La frontera quedó colapsada desde primeras horas del día, mientras los manifestantes exigían respuestas inmediatas.
La protesta provocó un caos total en el tránsito comercial y vehicular, generando largas filas, retrasos críticos y obligando a transportistas, viajeros e incluso empresas completas a buscar rutas alternas desesperadamente. La actividad aduanera quedó reducida a cero mientras la tensión crecía del lado mexicano y estadounidense.

Pese al enorme impacto económico y operativo que ha causado el cierre, no existe hasta el momento una hora estimada de reapertura. Los manifestantes advierten que no moverán un solo metro hasta que el Gobierno cumpla “al pie de la letra” lo prometido, dejando a miles de usuarios atrapados en la incertidumbre.
