El estado de Chihuahua amaneció nuevamente bajo el caos, entre bloqueos que se aflojan en unas zonas y se endurecen brutalmente en otras. En la caseta de Saucillo, los manifestantes dieron una “probadita” de alivio al abrir un carril por sentido y dejar pasar vehículos sin pagar, pero ese respiro contrasta con la parálisis total que sigue dominando los puentes internacionales de Santa Teresa, Guadalupe-Tornillo, Zaragoza y Córdova de las Américas, convertidos prácticamente en muros infranqueables.

Aunque algunos productores del sur levantaron por momentos el cierre en la garita de Saucillo, la tregua duró poco y nada. En la frontera, los bloqueos se mantienen con fuerza, y solo por un lapso breve se permitió el paso de camiones en San Jerónimo–Santa Teresa. El resto de los cruces continúa sellado, dejando a miles de mercancías atrapadas y a transportistas desesperados ante un conflicto que parece no tener final cercano.
Según Adrián LeBaron, vocero del movimiento, el cierre total de los cinco puentes es un mensaje directo al Gobierno Federal, luego de que la nueva Ley General de Aguas avanzara con lo que calificaron como una “votación ofensiva y acelerada”. Los inconformes aseguran que no retirarán la presión mientras el Congreso no detenga el proceso legislativo, anticipando que la tensión en la frontera podría escalar aún más en los próximos días.
