El “sueño americano” terminó convertido en una pesadilla de hierro y barrotes para cientos de migrantes que están siendo cazados sin piedad por agentes del ICE, quienes ahora los están enviando directamente a cárceles ante el colapso de los centros migratorios. La denuncia que hoy sacude a la comunidad hispana proviene de Deysi Morales, quien reveló que su prima y su esposo fueron emboscados en plena Corte, justo cuando acudían de forma legal a continuar su proceso de asilo.

Según el testimonio, los agentes los sorprendieron, esposaron y encerraron, sin explicación clara, sometiéndolos primero a días en un centro de detención donde —asegura— no había privacidad ni para ir al baño, la comida era “miserable” y la atención médica simplemente inexistente. Como si fuera poco, la pareja fue separada abruptamente, enviando a la mujer a una cárcel en Kentucky y al hombre a otra en Michigan, pese a los delicados problemas de salud que ella enfrenta.
La familia, desesperada, afirma estar “a ciegas”, sin abogado y sin apoyo, atrapada entre líneas telefónicas colapsadas y despachos saturados. Ahora evalúan presentar una denuncia por lo que describen como una “detención arbitraria y brutal”, mientras temen que la pareja quede perdida en el sistema carcelario estadounidense.
