Ciudad Madera vivió la tarde del domingo horas de auténtico pánico, cuando un numeroso grupo de civiles armados prácticamente tomó las calles y lanzó una emboscada directa contra agentes de la Policía Municipal. El estruendo de las detonaciones y el movimiento de vehículos oficiales obligaron a la Preparatoria 8408 a anunciar, casi de inmediato, la suspensión total de clases y la reprogramación de exámenes, en un intento urgente por proteger a su comunidad escolar.
Aunque la escena hizo temer lo peor, el fiscal general del Estado, César Jáuregui, aseguró que el ataque no dejó muertos ni heridos; solo patrullas dañadas tras el intenso intercambio. Pese al caos que se vivió, las autoridades insistieron en que “no hubo bajas de ningún bando”, mientras las células del BOI llegaron al sitio para repeler la agresión y tratar de contener el ambiente de tensión que se apoderó del municipio.

Aun con el supuesto “control” de la situación, la Fiscalía desplegó operativos en toda la región, intentando evitar nuevos estallidos de violencia. En tanto, escuelas, comercios y familias permanecen en alerta, conscientes de que Madera volvió a aparecer en los titulares por el sonido que nadie quiere escuchar: el de las balas marcando la vida diaria del pueblo.
