La temporada invernal suele traer un aumento de enfermedades respiratorias como la gripe, pero especialistas anticipan que este año la gravedad de los casos podría incrementarse por la aparición de una mutación del virus de influenza estacional tipo A: el H3N2 subclado K.
La influenza es una infección aguda que afecta a humanos, aves y diversos mamíferos. De los tipos virales existentes, solo los A y B enferman a las personas. Dentro del tipo A hay numerosas variantes clasificadas según sus proteínas H y N, entre ellas H1N1, H5N1 y la actualmente predominante H3N2. Esta variante, detectada por primera vez en cerdos en Estados Unidos en 2010, incorpora el gen M —también presente en H1N1—, lo que aumenta su capacidad de transmisión entre humanos.

En la temporada actual, la evolución del virus ha llevado al subclado J.2.4.1, conocido como subclado K, que presenta mutaciones en la hemaglutinina que lo vuelven distinto de la cepa incluida en la vacuna 2025-2026. Hoy, más del 80 % de los virus H3N2 secuenciados pertenecen a este subclado, aunque no se ha comprobado que cause cuadros clínicos más graves.
Aun así, diversos países han reportado incrementos significativos de contagios. En Europa, Reino Unido registró 1,700 hospitalizaciones en la primera semana de diciembre, un aumento del 63 % respecto a la semana previa. En Estados Unidos, el CDC contabiliza 905 hospitalizaciones al inicio de la temporada, de las cuales 73.5 % corresponden a H3N2. En América Latina, la OPS señala un crecimiento regional de influenza A, aunque H3N2 no es dominante en todos los países del sur.
¿Cuáles son los síntomas del subtipo H3N2?
Especialistas describen los siguientes síntomas:
Fiebre mayor a 39 °C
Dolor de garganta y tos

Dolores musculares
Fatiga extrema
Congestión nasal y estornudos
Dolor de cabeza
Molestias gastrointestinales
Falta de apetito
¿Cómo prevenir el contagio de influenza A H3N2?
Las autoridades sanitarias reiteran que la vacunación es la medida preventiva más efectiva, incluso ante variantes con deriva antigénica, pues reduce el riesgo de hospitalización y complicaciones graves. También recomiendan vigilancia epidemiológica, atención médica inmediata ante síntomas severos y aislamiento domiciliario en caso de presentar signos de enfermedad.
La UdeG sugiere mantener un estilo de vida saludable, consumir frutas y verduras ricas en vitaminas A y C —como zanahoria, papaya, guayaba, naranja, mandarina, lima, limón y piña— y realizar un lavado frecuente de manos con agua y jabón.
