Chile dio un giro drástico este domingo tras la contundente victoria del ultraderechista José Antonio Kast, quien arrasó en las elecciones presidenciales al imponerse por más de 16 puntos sobre la candidata oficialista Jeannette Jara, con más del 95% de los votos escrutados. Desde el cierre de las urnas, la celebración estalló en el comando del Partido Republicano, donde banderas, música y consignas anticipaban un triunfo que terminó por confirmarse horas después.
La euforia se apoderó de las calles del barrio de Las Condes, mientras voceros del equipo de Kast lo proclamaban presidente electo y hablaban de un “mandato claro” para enfrentar las crisis de seguridad y migración que, aseguran, vive el país. “La democracia habló fuerte y claro”, expresaron desde su entorno, en medio de un ambiente de festejo que contrastó con la derrota del oficialismo.
El triunfo de Kast, figura ligada a la derecha más dura, marca un hecho inédito en la historia reciente de Chile y anticipa un gobierno de mano firme, con promesas de expulsiones masivas de migrantes, mayor presencia policial y un severo control fronterizo. A partir del 11 de marzo, el nuevo presidente buscará implementar un programa de corte neoliberal y seguridad reforzada, en un escenario que ya genera expectativa, polémica y división dentro y fuera del país.
