La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció sanciones contra el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL) y su líder, José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, por presuntamente obtener recursos mediante el robo de combustible y petróleo en el estado de Guanajuato, según se informó en un comunicado oficial.
La dependencia estadounidense señaló que las actividades de huachicol realizadas por esta organización criminal han permitido la creación de un mercado negro energético de alcance transfronterizo, el cual perjudica tanto a empresas petroleras de Estados Unidos como a la economía mexicana. Asimismo, indicó que la disputa por este negocio ilícito con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha detonado altos niveles de violencia en la región.
De acuerdo con el Departamento del Tesoro, el robo de combustible —incluido el tráfico de crudo— representa actualmente una de las principales fuentes de ingresos no relacionados con drogas para los cárteles mexicanos. Detalló que los llamados huachicoleros emplean diversas prácticas para sustraer hidrocarburos de Petróleos Mexicanos (Pemex), como el soborno a empleados, la instalación clandestina de tomas en ductos, robos en refinerías, asaltos a autotanques y amenazas al personal de la empresa estatal.
El comunicado también subraya que el enfrentamiento entre el CSRL y el CJNG por el control del combustible y el petróleo en Guanajuato ha convertido a la entidad en una de las más violentas del país. Además, las operaciones del CSRL facilitan el funcionamiento de un mercado ilegal de energía que debilita a compañías legítimas de petróleo y gas en Estados Unidos y priva al gobierno mexicano de ingresos significativos.
La OFAC incluyó de manera directa en las sanciones a José Antonio Yépez Ortiz, identificado como el principal dirigente del CSRL. Al respecto, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó que el gobierno estadounidense busca cortar cualquier vínculo financiero de los cárteles con el sistema económico del país, independientemente de dónde obtengan o laven sus recursos.
Según información oficial, el crudo y gas robados por el CSRL son comercializados en mercados clandestinos de México, Estados Unidos y Centroamérica. Para ingresar a territorio estadounidense, intermediarios utilizan documentación falsa, etiquetando los cargamentos como desechos de aceites u otros materiales peligrosos, con el objetivo de evadir impuestos y regulaciones. Una vez en Estados Unidos, algunos importadores cercanos a la frontera reciben estos productos para venderlos a menor precio y enviar las ganancias a los grupos criminales en México.
El Tesoro estadounidense indicó que, mediante estos esquemas, los cárteles han generado pérdidas multimillonarias a Pemex, además de fomentar la violencia y la corrupción en México y afectar a empresas energéticas legítimas en Estados Unidos. En consecuencia, las sanciones implican el congelamiento de todos los bienes del CSRL y de Yépez Ortiz en territorio estadounidense, así como la prohibición de realizar cualquier tipo de transacción financiera o comercial con ellos.
El Cártel de Santa Rosa de Lima surgió alrededor de 2014 y debe su nombre a la comunidad guanajuatense de donde provienen sus primeros integrantes. Su líder, “El Marro”, fue detenido en México en 2020 y actualmente cumple una sentencia de 60 años de prisión por secuestro, además de enfrentar otros procesos por delincuencia organizada, lavado de dinero, robo de hidrocarburos, tentativa de homicidio y delitos adicionales.
Las autoridades estadounidenses señalan que esta organización se ha enfocado principalmente en el robo de combustible y petróleo, actividad que ha generado constantes confrontaciones con el CJNG. Desde 2017, ambos grupos se disputan el control de zonas estratégicas de Guanajuato, particularmente en un corredor donde se concentran ductos y una refinería de Pemex.
En agosto de 2025, fuerzas mexicanas detuvieron a integrantes del CSRL y aseguraron más de 164 mil litros de hidrocarburos robados, así como camiones cisterna, tanques y equipo clandestino para la extracción ilegal. El grupo es señalado como uno de los principales responsables del aumento de homicidios en Guanajuato y, en su pugna contra el CJNG, habría establecido alianzas con el Cártel del Golfo y el Cártel de Sinaloa.
Asimismo, se presume que el CSRL ha reclutado a exmilitares y paramilitares colombianos para fortalecer sus operaciones, además de participar en el tráfico de drogas, incluida la heroína con destino a Estados Unidos. Pese a su encarcelamiento, las autoridades consideran que “El Marro” continúa influyendo en las actividades del cártel desde prisión, presuntamente mediante comunicaciones con abogados y familiares, y habría impulsado alianzas criminales aun estando recluido.
