El escándalo estalló dentro del exclusivo Club Campestre de Ciudad Juárez luego de que su exgerente administrativo fuera señalado como el protagonista de un millonario saqueo que dejó un boquete financiero superior a los 21 millones de pesos. Alberto M. M., quien por más de una década manejó las cuentas del club, fue acusado de haber vaciado las arcas de la asociación para cubrir supuestas inversiones fallidas en el mercado de divisas, una historia que no convenció a las autoridades.
De acuerdo con la investigación, el ahora imputado habría realizado más de 50 transferencias bancarias desde cuentas del club directamente a sus cuentas personales, bajo conceptos como “préstamos”, sin autorización ni respaldo documental. La Fiscalía sostuvo que el patrón de movimientos no corresponde a un simple error o engaño, sino a una presunta operación sistemática que encendió las alertas internas tras una auditoría que destapó irregularidades imposibles de ocultar.

El caso dio un giro dramático cuando Alberto M. M. fue presentado ante un juez y, pese a asegurar que siempre tuvo la intención de devolver el dinero, fue enviado a prisión preventiva por 24 meses ante el riesgo de fuga y la posible existencia de una red criminal. La caída del exfuncionario, que alguna vez tuvo control absoluto de las finanzas del club, dejó al descubierto uno de los desfalcos más sonados en la historia reciente de la ciudad.
