El amanecer trajo consigo una escena escalofriante en el poniente de la ciudad, donde el horror apareció oculto entre desechos y silencio. Vecinos que transitaban por el sector se toparon con una imagen perturbadora: un cuerpo sin vida abandonado de manera deliberada, como si alguien hubiera intentado borrarlo de la vista pública, pero sin lograr ocultar la violencia que lo rodeaba.
El cadáver presentaba huellas evidentes de agresión, reflejo de una muerte brutal que no pasó desapercibida para quienes llegaron primero al lugar. La escena, improvisadamente cubierta con objetos viejos, dejó al descubierto la crudeza del crimen y encendió nuevamente la alarma entre los habitantes, quienes observaban con temor el despliegue policial y el acordonamiento de la zona.

Mientras las autoridades realizaban las diligencias correspondientes, el hallazgo se sumó a una larga lista de hechos violentos que siguen marcando el pulso de la ciudad. El cuerpo, abandonado como un mensaje silencioso, recordó que la violencia continúa cobrando víctimas y dejando escenas que estremecen incluso a los más acostumbrados.
