Las noches de Xochimilco se han vuelto escenario de terror para muchos habitantes que aseguran haber escuchado los desgarradores lamentos de una mujer entre los canales. Vestida de blanco, con un llanto que hiela la sangre, La Llorona vuelve a hacerse presente, recordando que las leyendas más antiguas de México siguen vivas… y muy cerca.
“Se oyen gritos muy feos, como de una mujer que sufre. Dicen que cuando su llanto se escucha lejos, en realidad está más cerca”, relata Misael, vecino de la zona, mientras señala las aguas donde muchos aseguran haberla visto.
Especialistas de la UNAM explican que, aunque no hay evidencia comprobable, su presencia simboliza la mezcla entre creencias indígenas y católicas. En la antigüedad, los cihuateteo, espíritus de mujeres muertas en parto, lloraban por sus hijos perdidos. Con el tiempo, esa imagen se transformó en la figura trágica de una madre condenada a vagar eternamente buscando a sus pequeños, un reflejo del dolor, la culpa y la desesperación humana.

En distintas regiones de México y Latinoamérica, su historia cambia, pero el miedo es el mismo. Algunos dicen que aparece cerca del agua, otros aseguran que es presagio de tragedia. Lo cierto es que, generación tras generación, La Llorona sigue llorando en la oscuridad, y su lamento —mitad humano, mitad sobrenatural— continúa estremeciendo las madrugadas de todo el país.
