La autopista México–Puebla continúa sumida en el caos absoluto tras la volcadura y explosión de una pipa cargada con combustible, cuyo incendio convirtió el kilómetro 48 en una zona de riesgo extremo. Las autoridades mantienen el cierre total de la circulación en ambos sentidos mientras equipos de emergencia luchan por controlar los estragos del siniestro, que desató pánico entre los automovilistas y paralizó por completo uno de los tramos más transitados del país.

Hasta ahora, no se ha confirmado cuántas personas resultaron lesionadas, lo que incrementa la incertidumbre entre quienes quedaron atrapados durante horas en medio del colapso vial. Los primeros reportes apuntan a que la pesada unidad habría perdido los frenos antes de volcar y desatar el gigantesco incendio cuya columna de humo se elevó como una señal de emergencia visible desde varios kilómetros a la redonda.

Mientras el tránsito continúa detenido desde la caseta de San Marcos, Capufe lanzó un llamado urgente a utilizar rutas alternas. El desvío hacia Río Frío en dirección a la Ciudad de México y el desvío hacia Chalco para los que van a Puebla siguen saturados, sin que hasta el momento exista un estimado oficial de reapertura. La zona permanece bajo vigilancia estricta ante el temor de nuevos riesgos derivados del incidente.
