Mientras Chihuahua se abriga por el invierno, la rickettsiosis sigue causando estragos y cobrando vidas a un ritmo alarmante. Las cifras son escalofriantes: 102 contagios confirmados y 48 muertes en lo que va del año. En comparación con el 2023, los casos aumentaron casi un 16 %, y la capital del estado lidera con más de la mitad de los fallecimientos. Ni los hospitales públicos ni los privados han logrado contener el avance de la enfermedad que sigue acechando, incluso desde los patios y mascotas del hogar.
Médicos y especialistas advierten que esta bacteria transmitida por garrapatas se ha convertido en un enemigo silencioso que “mata sin avisar”. El infectólogo Moisés Ramírez López confesó que muchos pacientes llegan tarde al hospital, confundiendo los síntomas con otras enfermedades. “Cuando aparecen las manchas en la piel, ya es demasiado tarde”, alertó. Según el experto, la mortalidad se dispara cuando el tratamiento no se aplica en los primeros cinco días; después de ese plazo, el riesgo de muerte es casi total.

La tragedia no da tregua: niños, jóvenes y adultos se suman a una lista que crece cada semana. En Chihuahua, las garrapatas ya no son solo una molestia, sino un símbolo de alerta roja. Los especialistas claman por prevención y conciencia, pero la epidemia avanza como un fantasma invisible que se esconde entre los perros, los techos y los rincones de las casas. La rickettsia no distingue edades ni estaciones, y su paso deja una huella que ni el invierno puede congelar.
