La Selección Mexicana se prepara para cerrar un 2025 lleno de dudas y tropiezos con dos duelos que podrían convertirse en auténticas pesadillas futbolísticas. Uruguay y Paraguay, selecciones históricamente implacables con el Tricolor, serán los encargados de poner a prueba a un equipo que llega debilitado por goleadas recientes y una racha que prende todas las alarmas rumbo al Mundial de 2026. La tensión crece conforme se acerca el 15 y 18 de noviembre, fechas en las que México tendrá que demostrar si realmente está listo para competir en casa.

El panorama no es alentador: en sus últimos compromisos ante rivales sudamericanos, México ha sufrido una tormenta de resultados adversos, incluido un humillante 4-0 frente a Colombia y múltiples derrotas que exponen un funcionamiento defensivo y ofensivo que simplemente no responde. Con solo siete goles a favor y 21 en contra en una década futbolística reciente ante Conmebol, el miedo a otro desastre está más presente que nunca. La afición observa con incertidumbre, esperando que la historia no se repita.

Aun así, las esperanzas se aferran a dos nuevos protagonistas: Armando “La Hormiga” González y Obed Vargas, los jóvenes que muchos llaman “la última apuesta” del Tricolor. Con ellos, y con el intento de Javier Aguirre por recuperar identidad y orden, México buscará evitar otro golpe mediático y deportivo. Los próximos amistosos no solo son partidos: se han convertido en un examen crítico que podría definir si México llega al Mundial como anfitrión… o como protagonista de otro capítulo oscuro.
