La tensión en la vía corta Chihuahua–Parral vuelve a encender las alarmas luego de que el fiscal de la Zona Centro, Heliodoro Araiza, revelara que varios vehículos robados han aparecido en recónditos municipios de la sierra. Según fuentes oficiales, las unidades desaparecen en la carretera como si se las tragara la tierra, para luego reaparecer en zonas donde la presencia de grupos criminales es tema cotidiano entre los habitantes.

En localidades serranas, principalmente al sur del estado, autoridades han encontrado camionetas escondidas entre brechas, en rancherías aisladas o abandonadas con señales de haber sido utilizadas para actividades ilícitas. Una de las últimas recuperaciones ocurrió en Moris, donde vecinos aseguran que ver vehículos sospechosos es ya parte de la vida diaria, aunque pocos se atreven a hablar del tema abiertamente por temor a represalias.
La situación se agravó el fin de semana, cuando una camioneta robada en Satevó terminó localizada en Parral con múltiples impactos de arma de fuego, escenario que dejó claro que estos robos no son incidentes comunes. Pese a los aseguramientos, la incertidumbre crece entre automovilistas que circulan por la zona, pues cada nuevo hallazgo confirma que la carretera y sus alrededores siguen siendo terreno fértil para actividades delictivas.
