Un ambiente de alarma se desató en el municipio luego de que la Dirección de Seguridad Pública Municipal moviera de manera repentina un operativo policial, decisión tomada tras el estremecedor multihomicidio de siete personas en Parral. La reubicación se realizó a marchas forzadas, después de que información “de alto riesgo” llegara desde la Fiscalía General del Estado, encendiendo las alertas entre autoridades locales que, según trascendió, desconocían la magnitud de la amenaza.

De acuerdo con el director Julio César Salas, la comunicación con el fiscal Francisco Sáenz fue prácticamente inmediata, en un intento por contener la creciente tensión en la zona sur del estado. Salas admitió que no contaba con datos suficientes sobre el panorama real, por lo que la Fiscalía tuvo que compartir detalles que —según fuentes cercanas— cambiaron por completo la estrategia de seguridad. La decisión de mover unidades y reforzar puntos estratégicos fue tomada como una acción urgente y casi obligada.

Aunque las autoridades aseguran que existe una coordinación “permanente”, lo cierto es que la reconfiguración del operativo revela la presión bajo la que operan las corporaciones municipales. Con apoyo tecnológico del gobierno estatal y un canal de comunicación que prometen mantener abierto, la DSPM busca contener cualquier nuevo estallido de violencia. Sin embargo, el temor entre la ciudadanía persiste, mientras las corporaciones ajustan sus tácticas a un escenario que podría cambiar en cualquier momento.
