El terror volvió a apoderarse de la carretera Parral–Jiménez este martes, cuando una caravana de al menos diez camionetas blancas, repletas de civiles fuertemente armados, apareció de manera súbita frente a los automovilistas que circulaban por la zona. Los reportes comenzaron a caer al 911 como cascada a las 14:20 horas, mientras las autoridades, paradójicamente, se encontraban reunidas en una mesa de seguridad a tan solo unos minutos del lugar, ajenas al caos que se estaba gestando.

Testigos señalaron que las unidades se estacionaron sin la menor discreción frente a la gasolinera del Pueblito de Allende, bloqueando parcialmente la vía y sembrando pánico entre quienes pasaban por el área. Pero el susto no terminó ahí: más camionetas con personas armadas fueron vistas avanzando rumbo al Valle de Allende, expandiendo la alarma a toda la región y dejando claro que aquello no era un simple rondín, sino una demostración abierta de poder.

Ante la ola de llamadas desesperadas, el sistema de emergencias no tuvo más opción que activar todos los protocolos disponibles y avisar de inmediato a la Policía del Valle de Allende y a la Guardia Nacional. Las corporaciones se movilizaron a contrarreloj para intentar contener la situación, mientras la población, atrapada entre el miedo y la incertidumbre, exigía respuestas sobre cómo una columna armada pudo circular con tal libertad en plena tarde.
