Parral despertó este viernes bajo un ambiente de tensión después de que dos aviones de la Fuerza Aérea Mexicana irrumpieran el cielo a baja altura, sobrevolando calles, viviendas y zonas comerciales como si se tratara de un operativo de emergencia. El estruendo de las aeronaves alarmó a decenas de familias que, sin previo aviso, presenciaron maniobras inusualmente cercanas apenas una semana después de la masacre registrada en el hipódromo.
La presencia aérea no terminó ahí: un helicóptero militar se unió al patrullaje, recorriendo colonias y municipios vecinos, avivando la incertidumbre sobre lo que realmente ocurre en la región. A pesar del fuerte despliegue, las autoridades federales han permanecido en silencio, sin explicar por qué los sobrevuelos se intensificaron repentinamente ni si responden a nuevas amenazas ligadas a los hechos violentos recientes.

Mientras tanto, crece el rumor entre los habitantes de que los operativos forman parte de una estrategia urgente para contener posibles represalias o nuevos ataques. A esto se suma que, días antes, altos mandos militares y autoridades estatales sostuvieron una reunión extraordinaria para “restablecer la calma”, aunque los sobrevuelos de hoy dejaron claro que la tensión aún no termina en Parral.
