A partir de 2026, millones de mexicanos tendrán que correr para obtener la nueva CURP Biométrica, un documento que el Gobierno federal convertirá en requisito ineludible para prácticamente cualquier trámite. Quien no cuente con esta identificación modernizada podría quedarse sin acceso a servicios médicos, sin inscripción escolar e incluso sin la posibilidad de recibir apoyos sociales. El registro, que comenzó en octubre de 2025, avanza entre largas filas y advertencias de que el proceso podría saturarse en los próximos meses.

La nueva CURP dejará atrás por completo la versión tradicional, utilizada por más de dos décadas. Ahora, los ciudadanos deberán entregar sus datos biométricos: fotografía de rostro, huellas dactilares, iris y firma digital. Según el Gobierno, estas medidas buscan identificar con mayor exactitud a cada persona, pero para muchos representan un cambio abrupto que exige trámites presenciales, documentación estricta y revisiones minuciosas en los módulos del RENAPO, Registro Civil y unidades itinerantes.

El escenario para 2026 es claro: sin la CURP Biométrica no habrá trámites, apoyos ni servicios. Aunque no se aplicarán multas, las instituciones rechazarán cualquier gestión si el ciudadano no presenta este nuevo documento, lo que podría desatar aglomeraciones y retrasos en todo el país. Además, quienes tengan errores en su CURP tradicional deberán corregirlos antes en el Registro Civil, lo que podría prolongar aún más un proceso que ya se perfila como uno de los más demandantes de los últimos años.
