Estados Unidos encendió una nueva alarma internacional al anunciar que, desde el 24 de noviembre, colocará oficialmente al temido Cártel de los Soles en su lista negra de Organizaciones Terroristas Extranjeras. Washington asegura que esta misteriosa red criminal —vinculada a las más altas esferas del Ejército y del gobierno de Nicolás Maduro— representa una amenaza directa contra su seguridad nacional. La designación llega en medio de una escalada de tensión que revive las peores confrontaciones diplomáticas de los últimos años.

El gobierno estadounidense afirma tener “pruebas suficientes” para considerar al grupo como una maquinaria de terror responsable de tráfico de drogas, operaciones ilícitas y violencia que habría alcanzado territorio estadounidense y europeo. La acusación sube de tono al señalar, sin rodeos, que detrás del cártel estarían el propio Maduro y Diosdado Cabello, figuras clave del poder venezolano. Esta nueva declaratoria se suma a la ofensiva militar desplegada por Estados Unidos en el Caribe, donde ya han destruido embarcaciones y abatido a presuntos miembros de la organización.
Mientras Caracas insiste en que el Cártel de los Soles es un invento político, Washington eleva la presión a niveles inéditos, acusando a Venezuela de encubrir una red criminal de alcance continental. Con esta medida, Estados Unidos advierte que intensificará sus acciones contra lo que llama “terrorismo patrocinado desde el poder”, dejando en claro que la confrontación con el régimen de Maduro entra en una fase mucho más agresiva y de consecuencias impredecibles.
