Una noche de auténtico terror se vivió en Guachochi, donde un violento topón entre presuntos grupos criminales y elementos del Ejército Mexicano desató pánico absoluto entre cientos de familias. Las ráfagas de grueso calibre retumbaron en caminos y comunidades, obligando a los habitantes a encerrarse de inmediato para evitar quedar atrapados en la lluvia de balas.
El caos se multiplicó cuando, en medio del enfrentamiento, amplias zonas del municipio quedaron súbitamente a oscuras. El apagón, sumado a la caída total del servicio Telcel, dejó incomunicados a miles de pobladores que no tenían forma de pedir auxilio ni confirmar el alcance de los hechos. La incertidumbre y el miedo se apoderaron de la población mientras las detonaciones continuaban.

Hasta esta mañana, las autoridades no han ofrecido una versión oficial, mientras los habitantes denuncian que la violencia en la región ya alcanzó niveles insostenibles. La Sierra Tarahumara vuelve a estar en vilo, en medio de una escalada de ataques, bloqueos carreteros y enfrentamientos que han puesto en jaque la tranquilidad de la zona sur del estado.
