La investigación por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, dio un giro explosivo luego de que salieran a la luz nuevos testimonios que destaparon la manera en que un grupo criminal habría reclutado jóvenes para ejecutar el atentado. Versiones ministeriales señalan que detrás del crimen operaba una estructura que ofrecía fuertes sumas de dinero para llevar a cabo la ejecución, destapando un oscuro entramado que ya sacudió a la región.
El caso tomó aún más tensión tras la captura de un presunto operador delictivo, señalado como pieza clave en la planeación del ataque. Su detención se logró tras un operativo silencioso que reveló intentos de soborno y maniobras para evadir a las autoridades. Con él asegurado, la Fiscalía reunió evidencia técnica y testimonios que apuntan a una operación cuidadosamente orquestada que habría involucrado vigilancia, reclutamiento y seguimiento del alcalde.
Mientras el expediente crece, la atención está puesta en la audiencia del 26 de noviembre, donde se definirá la situación de los detenidos. La Fiscalía advierte que aún quedan cabos sueltos y posibles implicados, mientras en Uruapan crece la tensión por la revelación de cómo se fraguó el ataque que cimbró al municipio y destapó la vulnerabilidad de sus autoridades.
