La mañana de este martes, la tensión estalló en el bloqueo carretero de Camargo cuando Cecilia Salas Chávez, encargada del CADER, llegó al sitio y soltó una declaración que encendió los ánimos: reconoció que existen carpetas de investigación contra los productores que participan en la protesta. Su presencia, lejos de apaciguar el ambiente, desató un clima de indignación entre los manifestantes, quienes vieron en sus palabras una advertencia velada.

Durante el ríspido encuentro, Salas Chávez insistió, casi suplicó, que los agricultores aceptaran dialogar con autoridades federales de mayor rango, al tiempo que repetía que las investigaciones habían surgido por la obstrucción de la carretera. Sin embargo, los productores, cansados de lo que consideran amenazas disfrazadas, exigieron garantías para no ser perseguidos por ejercer su derecho a protestar. El choque verbal subió de tono cuando los manifestantes le pidieron retirarse por considerar que defendía la postura oficial más que sus demandas.

Minutos más tarde, frente a los medios de comunicación, la funcionaria dio un inesperado giro a sus declaraciones, asegurando que las carpetas de investigación “solo se habían mencionado” y que no estaban confirmadas. Esa contradicción generó aún mayor molestia entre los presentes, quienes interpretaron la rectificación como un intento desesperado de controlar el daño. Entre reclamos y desconfianza, los productores advirtieron que no se moverán del bloqueo y que no cederán ante presiones, advertencias ni versiones cambiantes.
