El caos estalló este martes en las carreteras de Chihuahua cuando, a las 13:50 horas, agricultores enfurecidos cerraron por completo los tramos Chihuahua–Delicias y Ascensión–Janos, dejando a miles de automovilistas atrapados en interminables filas que se extienden por kilómetros. Nadie avanza, nadie retrocede: el estado quedó prácticamente paralizado en cuestión de minutos.
Con tractores, camionetas y barricadas improvisadas, los manifestantes sellaron los accesos sin permitir paso a ningún vehículo, lo que ha provocado un colapso total en las rutas de abastecimiento y transporte. Los viajeros, atrapados bajo el sol y sin información oficial clara, observan cómo las carreteras se convierten en gigantescos estacionamientos que reflejan la tensión del conflicto nacional.
La única vía que aún respira es la Gómez Palacio–Jiménez, donde apenas se permite el paso a cuentagotas. Autoridades advierten que la situación podría empeorar en cualquier momento, mientras la protesta escala y amenaza con dejar incomunicada a toda la región. La incertidumbre crece y el enojo también: nadie sabe cuánto durará el cierre ni hasta dónde llegará la movilización agrícola.
