Parral amaneció en estado de conmoción luego de la sorpresiva irrupción de un impresionante convoy militar que ingresó por la carretera a Durango, desfilando con tanques, vehículos blindados, unidades todoterreno y hasta un helicóptero artillado que sobrevoló la zona, dejando a cientos de habitantes atónitos y preocupados. Las potentes máquinas de guerra avanzaron por la ciudad como presagio de una operación de gran escala.

El hermetismo de las autoridades federales ha encendido aún más las alarmas, pues hasta ahora nadie ha aclarado si este arsenal permanecerá en Parral o si será desplegado hacia la sierra, donde la noche anterior se reportó un largo y violento enfrentamiento. La incertidumbre se ha apoderado de los habitantes, quienes ven en esta movilización un indicio de que algo mayor podría estar gestándose.

En medio de la ola de violencia que ha golpeado a Parral en las últimas semanas, la llegada de esa maquinaria de combate desató todo tipo de versiones: desde un inminente operativo contra grupos armados hasta un reforzamiento urgente ante una posible escalada criminal. Mientras tanto, la población permanece expectante, temerosa y esperando que las autoridades rompan el silencio.
