Cuando comenzó la invasión rusa a gran escala hace casi cuatro años, Monka, una soldado de 26 años, no veía un rol de combate que pudiera desempeñar. Sin embargo, con los avances tecnológicos en el campo de batalla, encontró una oportunidad para contribuir.
El año pasado se unió al ejército ucraniano como piloto de drones de corto alcance con visión en primera persona (FPV), tras renunciar a su trabajo como gerente de un restaurante en el extranjero y regresar a Ucrania para servir a su país.

El alistamiento de Monka forma parte de una tendencia creciente de mujeres en roles de combate, gracias a la tecnología moderna que permite operar desde la distancia. Según oficiales militares, más de 70 mil mujeres sirvieron en el ejército ucraniano en 2025, un 20% más que en 2022, incluyendo más de 5 mil 500 desplegadas directamente en el frente.
El liderazgo ucraniano y soldados como Monka destacan que el ejército necesita todo tipo de talento, sin importar género, incluyendo ingenieros, pilotos y especialistas en tecnología, como una garantía esencial de seguridad frente a Rusia.
