La tensión en torno al caso de César Duarte continúa creciendo tras su sorpresivo traslado al penal de máxima seguridad de “El Altiplano”. Apenas horas después de su captura, nuevas imágenes comenzaron a circular en redes sociales, mostrando el ingreso del vehículo que presuntamente lo transportaba, lo que avivó aún más el revuelo público y alimentó la expectativa sobre los pasos que seguirán las autoridades en este polémico proceso.
La Fiscalía General de la República reiteró que el exgobernador enfrenta señalamientos por Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, vinculados a investigaciones que se reactivaron con la orden de aprehensión girada desde mayo de 2024. Su reingreso al penal federal marca un giro contundente en la investigación, que ahora se sostiene sobre elementos que, según fuentes oficiales, fortalecen el expediente que lo mantiene nuevamente bajo custodia.

Este seguimiento al caso ha puesto de nuevo el nombre de Duarte en el centro del debate nacional, recordando que apenas el 6 de junio de 2024 había recuperado la libertad tras dos años en prisión preventiva. Hoy, su regreso al Altiplano reabre viejas heridas políticas y jurídicas, desatando especulaciones sobre lo que podría ser una de las etapas más delicadas del proceso que lo persigue desde su gestión como gobernador.
