La captura del exgobernador César Duarte sigue desatando un torbellino en el país, luego de que el secretario de Seguridad Federal, Omar García Harfuch, revelara que la orden para detenerlo no tenía nada de “reciente”. Según explicó esta mañana, el operativo que lo mantiene en el penal del Altiplano se ejecutó simplemente porque ya era hora de hacer cumplir un mandato que llevaba tiempo esperando. La declaración abrió la puerta a nuevas preguntas sobre por qué la acción se concretó hasta ahora.

Mientras tanto, Duarte continúa recluido en el imponente penal del Altiplano, una prisión conocida por albergar a algunos de los reos más peligrosos del país. De acuerdo con García Harfuch, el proceso en su contra se centra únicamente en el delito de lavado de dinero, aunque el hermetismo de las autoridades ha disparado especulaciones entre la opinión pública. La ausencia de mayores detalles avivó la percepción de que este caso podría esconder más de lo que se dice oficialmente.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum evitó entrar en la polémica y se deslindó de cualquier comentario, remitiendo todo a la Fiscalía General de la República. Su silencio generó aún más ruido político, pues contrastó con la ola de declaraciones, filtraciones y versiones que circulan desde que Duarte volvió a pisar una celda de máxima seguridad. La población sigue demandando claridad, mientras el caso crece en tensión como una olla de presión a punto de estallar.
