El CERESO Estatal No. 7 amaneció este jueves bajo un operativo sorpresa que sacudió la tranquilidad del penal. Con un despliegue de casi un centenar de elementos, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado irrumpió en los módulos para retomar —según dijeron— el control total y frenar cualquier intento de desorden dentro del centro penitenciario de Cuauhtémoc.

Durante la revisión, personal del Sistema Penitenciario, agentes del Despliegue de la SSPE y elementos de la Guardia Nacional recorrieron talleres, estancias y módulos, supervisando a 471 internos en una operación que no dejó rincón sin revisar. Lo que encontraron encendió las alarmas: armas hechizas, resistencias improvisadas y hasta juegos de mesa fabricados clandestinamente, evidencia de que dentro del penal se mantenían actividades irregulares que operaban a espaldas de la autoridad.

Además del decomiso de estos objetos, los oficiales retiraron ropa y artículos no permitidos, acumulados sin control, que representaban un riesgo latente. Con este operativo, la SSPE aseguró que busca “mantener la gobernabilidad y estabilidad”, mientras el penal vuelve a quedar en la mira por las prácticas que florecen tras los muros que nadie ve.
