Una tarde de pánico se vivió en la Clínica 33 del IMSS, donde pacientes y trabajadores salieron corriendo tras llenarse de humo el interior del edificio. La escena desató una movilización masiva de cuerpos de emergencia, mientras el personal médico intentaba calmar a quienes temían que el inmueble estuviera incendiándose.
Minutos después, bomberos revelaron que el origen del caos fue un cortocircuito provocado en una obra de remodelación contigua, cuya falla eléctrica llenó de humo el área médica y sembró la alarma entre los usuarios. Aunque el fuego no alcanzó el interior, el olor a quemado y la nube de humo provocaron momentos de angustia entre quienes esperaban consulta.

Tras varios minutos de tensión, las autoridades lograron controlar la situación y verificar que no existía riesgo para quienes se encontraban en la clínica. Una vez ventilado el lugar, las actividades se reanudaron, aunque muchos pacientes optaron por no regresar después del susto que, por poco, se convierte en tragedia.
