El estadio quedó en silencio y la temporada de los Kansas City Chiefs se desplomó en cuestión de segundos: Patrick Mahomes cayó al césped tomado de la rodilla izquierda, visiblemente dolorido, cuando el reloj agonizaba en la derrota 16-13 ante los Los Angeles Chargers. Auxiliado por el cuerpo médico y cubierto con una toalla, el rostro de la franquicia fue retirado del campo entre gestos de frustración, mientras la esperanza de los aficionados se desvanecía.
Horas después llegó el golpe definitivo: Mahomes sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior, una de las peores lesiones para un mariscal de campo, que lo deja fuera por el resto de la temporada. La acción ocurrió cuando intentó escapar de la presión defensiva y fue alcanzado antes de soltar un pase incompleto. La imagen del quarterback rumbo al vestidor, apenas apoyando la pierna, marcó el principio del fin para Kansas City.

Sin su líder, los Chiefs quedaron oficialmente eliminados de la lucha por los playoffs, poniendo fin a una racha de diez años consecutivos en postemporada. Gardner Minshew tomó los controles, pero una intercepción selló la derrota y confirmó el desastre. De aspirar a un histórico regreso al Super Bowl, Kansas City pasó a una temporada marcada por lesiones, errores y un desenlace devastador.
