Carlos Miguel Hernández Hernández, absuelto del asesinato del fotorreportero Ismael Villagómez Tapia, murió desangrado el 2 de septiembre de 2025, apenas 278 días después de recuperar su libertad. Su exoneración generó polémica por las inconsistencias en la investigación y la cuestionable actuación de la policía, que manipuló evidencia crucial durante el proceso. La absolución y la posterior muerte de Hernández Hernández han puesto en el ojo público la fragilidad del sistema judicial y la impunidad en casos de alto impacto mediático.
Los detalles del caso han vuelto a sacudir la opinión pública: Hernández Hernández fue señalado inicialmente por presuntamente disparar contra Villagómez Tapia, un incidente ocurrido el 16 de noviembre de 2023 en la colonia Fronteriza Alta. A pesar de la acusación y de los testimonios que lo vinculaban directamente al crimen, las juezas declararon nulas las pruebas obtenidas de manera irregular, incluyendo teléfonos móviles y testimonios que podrían haber sido determinantes, lo que derivó en la absolución tanto de Hernández Hernández como de los otros dos implicados.

El drama no terminó con la absolución. La muerte de Hernández Hernández, aún bajo investigación, plantea más preguntas que respuestas sobre la seguridad de los involucrados y la eficacia de la justicia. Familias, colegas y ciudadanos han expresado indignación, mientras medios locales y nacionales siguen de cerca cada avance, cuestionando la vulnerabilidad del sistema y los efectos que decisiones judiciales polémicas tienen en la percepción pública y en la confianza hacia las autoridades.
